Por: Antonio Mota
ASI-NACIONAL
Los campesinos que trabajan en el cultivo de la caña están expuestos a malos tratos, explotación y privación de sus derechos humanos, sin que ninguna autoridad se haya ocupado hasta ahora de esta explotación a campesinos de Chiapas y Centroamérica, a pesar de que estos no tienen permiso legal para trabajar en nuestro país.
A la Unión Nacional de Trabajadores del Campo en Jalisco (UNTC) acudieron 4 jóvenes campesinos originarios de Chiapas, quienes se escaparon del calvario que vivieron en el Ingenio Azucarero ubicado en el municipio de San Pedro Lagunillas, Nayarit.
Los cuatro jóvenes recibieron la ayuda de un trailero que viajaba a Guadalajara, donde los jornaleros llegaron después de vivir un infierno en San Pedro Lagunillas.
Sin dinero y marcados por la humillación que recibieron de parte del capataz al que identificaron con el nombre de Antonio Ángel Hernández, quien es el encargado de reclutar campesinos de Chiapas, principalmente de Pijijiapan, el Porvenir, Urbina, La Grande, Nueva Flor, Emiliano Zapata, Plan de Ayala, Villa Hidalgo, entre otras poblaciones contiguas del estado de Chiapas.
Estos Jóvenes denunciaron a Antonio Ángel Hernández, de quien dijeron también es nativo de Chiapas, y lo señalaron como el encargado de enganchar campesinos indígenas de Chiapas además de que señalaron que hay gente de Centroamérica; Guatemaltecos, Hondureños, Salvadoreños, que de manera ilegal ingresan a México y son engañados por este tipo para que sirvan en el ingenio azucarero.
Uno de los jóvenes que escaparon de ese infierno nos narro el calvario que vivió desde un principio, “el capataz Antonio va a Chiapas y contrata unos camiones para transportar a los campesinos a San Pedro Lagunillas, Nayarit” continuo diciendo que: “supuestamente nos dan un apoyo para viáticos de mil pesos, pero Antonio solo nos entrego 400 pesos, se queda con 600 pesos de cada campesino que recluta y a nosotros nos rebajan los 1000 pesos. “al llegar a Nayarit, se nos entregan 2 machetes para el trabajo del corte de caña, trabajamos de 5 de la mañana a 7 de la noche y no tenemos descanso, nos obligan a trabajar de lunes a domingo” “además de que se nos vende una lima para afilar los machetes a 100 pesos misma que nos la rebajan la primera semana”. Este joven continúo narrándonos que: “nos dan hospedaje en una galera donde estamos 100 personas, además de que no podemos salir del ingenio, se nos obliga a comprar en la tienda del lugar, misma que pertenece a la esposa del capataz de nombre Rosa, la cual vende todo a precios elevados y ellos; Rosa y Antonio hacen el negocio perfecto al explotarnos cada semana, además de que siempre abusan en los cobros por productos que nunca pedimos” puntualizo.
Estos jóvenes campesinos denunciaron ante la UNTC que cuando algún machete se daña, se los cobran al doble de lo que cuesta, y que de las 14 horas que trabajan diario (98 horas semanales) difícilmente llegan a ganar los 650 pesos a la semana y no tienen derecho a descansar ningún día y si lo hacen son castigados, si alguien se atreve a desobedecer lo sacan del pueblo los dejan sin dinero, al mismo tiempo de señalar que Antonio Ángel Hernández tiene “comprados” algunos policías del lugar los cuales arremeten contra los campesinos chiapanecos.
De acuerdo a lo expresado por estos 4 jóvenes, los campesinos viven en condiciones infrahumanas en que laboran los jornaleros y la serie de violaciones legales en que incurren en este Ingenio Azucarero.
Entre otras, se les niega la inscripción al Instituto Mexicano del Seguro Social. A pesar de que al contratarlos les ofrecen seguro, así como proporcionarles techo y comida, los jornaleros, indígenas en su mayoría, carecen de esta prestación, y "cuando algo reciben -que puede ser sólo tortillas y agua -, el costo se les descuenta de su salario".
Durante el tiempo que permanecen en Nayarit, los campesinos viven en las plantaciones de la caña, cocinan sus alimentos en el piso y, con frecuencia, beben agua proveniente de canales de riego, arroyos y pozos, e incluso utilizan envases de refresco y de plaguicidas para tomar agua.
Mencionaron que Antonio Ángel Hernández imponen a los campesinos sus normas de producción y sus “políticas empresariales”. El cultivo de la caña se da en varios municipios de Nayarit, pero el problema radica en la falta de atención de las autoridades a la situación en que viven y trabajan los jornaleros y al hecho de que los niños también participan en esta actividad, además de que el capataz contrata indocumentados, aprovechándose de la desesperación e ignorancia por el “sueño norteamericano”.
Por esa falta de interés es que nadie sabe la dimensión de la problemática. No existen estadísticas sobre la cantidad de menores de edad que se encuentran en los campos de cultivo, pero lo que sí se sabe es que en todavía en pleno año 2010 se sigue dando la explotación a los mas necesitados, a nuestros campesinos, a nuestros indígenas
La UNTC acudirá a las instancias gubernamentales federales y del estado Nayarita, y ante la Comisión Nacional y Estatal de los derechos humanos, para que se haga una investigación de estos lamentables hechos, que están ocurriendo en San Pedro Lagunillas, Nayarit.
El comité estatal de la UNTC en Jalisco, subrayó la necesidad de que los gobiernos federal y estatal intervengan para mejorar las condiciones de vida de los indígenas.
Durante su estancia en Guadalajara, los jóvenes fueron colocados en una empresa que les abrió las puertas al conocer su situación, y mientras se ganan el dinero de manera digna y muy diferente al infierno que vivieron en Nayarit, harán su alcancía para conseguir para el transporte que los regrese a su tierra natal.