DE NUESTRO PROGRAMA DE ACCIÓN

El gran desnivel que se sufre desde hace cuatro, cinco o seis sexenios y el problema que tiene un vilo a millones de mexicanos, está en la terrible diferencia que existe entre la vida del campo y la de la ciudad, entre el labrador y el obrero, entre el sector agrícola y el industrial. La industria es la hija predilecta del capital, la preferencia de los gobernantes y de los científicos. Entretanto, la agricultura, cada vez está más arrinconada y olvidada consume sus energías de Cenicienta, espera una mano cargada de recursos y de programas efectivos que la ponga a la par con su hermana.
A pesar de todo aún hay campesinos ocupados de labrar la tierra y de cuidar animales, aun la población rural no está absorbida por la industria. La población agrícola disminuye pero no absolutamente y el gobierno federal redujo a actividad de la Secretaría de Agricultura, pese a que la población agraria aun debe sustentar una parte medular de la economía nacional, ya que debe atender a la producción de granos que al importarlos producen una sangría de divisas, además atiende otros aspectos alimentarios de la población mexicana.